LA CALA.

Estamos viviendo días de incertidumbre, miedos y desasosiego para una mayoría de personas que nos hemos vistos obligados  a quedarnos en casa, ya no porque la ley nos obligue, sino por responsabilidad individual para evitar que este covid 19 siga propagándose, provocando enfermedad y muerte, sobretodo a ese sector de la población mas debilitado por los años, nuestros abuelos a los que tanto  debemos.

El echo que nos veamos encerrados entre cuatro paredes es una insignificancia comparado con el sacrifico, la entrega y el riesgo que asume otra parte de la población, entregada a cuidar y sanar a los que enferman, también a los que limpian, a los que vigilan y hacen cumplir las normas, a los que entierran a los que fallecen, a los que dirigen, a los que investigan, a todos aquellos que se esfuerzan para que esta pesadilla tenga las menores consecuencias y dure lo menos posible, a todos ellos un reconocimiento y un abrazo.

Así que vernos encerados entre cuatro paredes es el mal menor.

A los aficionados a la fotografía el estar en casa no es un impedimento para continuar disfrutando con nuestra afición, podemos buscar a través de Internet, ver cursos, charlas sobre estos temas y como no continuar haciendo fotos.

Descubrir la fotografía macro es un buen planteamiento, y mas ahora en primavera, con esas flores tan bonitas que nos ofrece la naturaleza.

Aquí os dejo algunas imágenes de una flor espectacular, por su sencillez y su belleza, la cala.

Para realizar estas fotografías, he utilizado un objetivo macro, Samyang 100 mm.
Trípode y retardo de 2 segundos. Están realizadas en el interior de casa, por lo que la iluminación es artificial, he utilizado focos, pero sobretodo, linternas que focalizan mucho la luz donde mas me interesaba y como no un pulverizador para formar las gotas de agua que dan tanto juego a la imagen