MIS FOTOGRAFIAS

MIS FOTOGRÁFIAS

FOTOGRAFÍAS DE AVES

FOTOGRAFÍAS DE AVES: Es una muestra por especies de las aves pequeñas que tenemos en la Vall D'Albaida, fotografías tomadas la mayoria en Hide. Carricola.

martes, 3 de mayo de 2022

LOS CAMPANARIOS DE MI PUEBLO

 

En estas fotografías, muestro los dos campanarios de mi pueblo, el mas majestuoso el de Albaida...

Cuando las circunstancias de la vida hacen que tengas que salir de el, por un viaje de placer o por trabajo, o por que te vayas a vivir a otra ciudad, cuando regresas, aunque sea por unas horas lo primero que ves es la silueta de ese hermoso campanario, y piensas ya estoy en casa.

Campanario en el que durante mas de 700 años, los campaneros y campaneras que han habido a lo largo de estos años, han tocado diariamente sus campanas, marcando el paso del tiempo y comunicando a la población cualquier acontecimiento, tanto alegre como triste.

El mas pequeño es el del Aljorf, mi barrio, el lugar donde vivo.

Estas fotografías muestran un punto de vista poco habitual, en la que se ven los dos campanarios a la vez.

Están tomadas a una gran distancia, con teleobjetivo con una focal de 450 mm. utilizando trípode.

La panorámica está realizada con una sucesión de fotografías que se han unido.









lunes, 2 de mayo de 2022

LA MASACRE DE LES GEMANIES A L'OLLERIA

 


1 de mayo de 2022. Se celebró en L'Olleria la Conmemoración de los 500 años de la masacre de Germanías en L'Olleria.

Después de más de 2 años de pandemia, este acto ha sido el reencuentro de varios de los componentes de AFCARRI, donde hemos podido descubrir este terrible echo histórico a través de la escenificación de la matanza y como no de poder fotografiar a los personajes que protagonizaron el acto."

Texto copiado y traducido de la presentación del acto

A finales de enero de 1522, centenares de personas fueron exterminadas dentro de la Abadía i la Iglesia gótica de la Magdalena en Olería. En la terminología contemporánea, aquello fue un crimen de guerra que se produjo en el contexto de la revuelta y la guerra de las Germanías y que acelero su desenlace. Al menos 400 agermanados que se protegían en estos templos religiosos murieron asfixiados, cuando el Virrey de Valencia, Diego Hurtado Mendoza, ordeno su incendio.

Si tienes más curiosidad sobre esta historia, al final he copiado una breve descripción de lo que ocurrió.

Pincha sobre la fotografía para verlas a mayor tamaño.



































Causas e inicio del conflicto

Los artesanos del reino de Valencia adquirieron durante el reinado de Fernando el Católico el privilegio de formar unas milicias en caso de necesidad de lucha contra las flotas berberiscas. Esta posibilidad de armarse hizo más sangrienta la revuelta de las Germanías (hermandades gremiales).

Dado el longevo carácter y legislación predominantemente de burgueses de la sociedad valenciana, adoptó características propias de revuelta social contra la nobleza, huida de la ciudad ante la epidemia de peste de 1519. Esto se unió a una época difícil económicamente. Su inicio fue progresivo y jalonado de actos legales y de protesta, y fue determinante en ello el hecho de que el pueblo tenía ese permiso real para utilizar armas con las que enfrentarse a las incursiones de los piratas berberiscos. Tras la huida de la nobleza, las clases medias y gremiales de la ciudad se hicieron progresivamente cargo de un representante de cada gremio para regir la capital valenciana. El rey Carlos I estaba por aquel entonces (1520) en Aquisgrán concentrado en su coronación como emperador, y las únicas medidas que tomó ante la revuelta fue la prohibición del uso de armas, prohibición que nadie tuvo en cuenta.

La Junta de los 13

La Junta de los 13 intentó instaurar un sistema en el que estuviera prohibido el trabajo libre no controlado por los gremios. La germanía (de germà, hermano en valenciano) era el sistema de reclutamiento que intentaron instalar para defenderse de las incursiones piratas. El líder moderado al principio fue Juan Llorens, pero este murió en 1520, con lo que entraron en juego los grupos más radicales, liderados por el terciopelero Vicente Peris.

En consecuencia, el movimiento sufrió una radicalización progresiva, convirtiéndose en una guerra abierta y con episodios como el asalto e incendio de la morería de Valencia, a la que se acusaba de colaborar con los nobles. La rebelión antinobiliaria se extendió a la huerta, con saqueo de tierras y haciendas de los nobles, y a otras poblaciones y núcleos urbanos del reino, constituyéndose juntas revolucionarias. Se expulsó al virrey de Valencia, Diego Hurtado de Mendoza y Lemos, quien huyó a Denia, formando las tropas realistas dos focos de resistencia: uno, al norte, capitaneado por Alonso de Aragón, duque de Segorbe; otro, en la Gobernación de Orihuela Sur, dirigido por el propio virrey.

Hasta 1521 no cayó la ciudad de Orihuela, capital de la gobernación y tercera ciudad de la Corona de Aragón. Tras el largo asedio capituló la ciudad y el Gobernador y posteriormente se rindió el Alcaide del Castillo (jefe Militar de la Gobernación) al Ejército Real Mandado por el Marqués de los Vélez. Su capitulación abrió paso hacia Valencia por el sur, cayendo fácilmente la Baronía de Elche y la ciudad de Alicante que no opuso casi resistencia. Los agermanados, dirigidos por Jaime Ros, fueron vencidos el 18 de julio de 1521 por el duque de Segorbe en la batalla de Almenara, pero, pocos días después, el 23 de julio, Vicente Peris derrotó en Gandía al virrey y sus caballeros en la conocida como batalla del Vernissa. Tras la batalla, el virrey se refugiaría en el Castillo de la Atalaya de Villena, desde donde posteriormente se concentrarían las tropas para marchar sobre los burgueses rebeldes en Valencia.

Posteriormente, el movimiento perdió unidad, produciéndose discrepancias entre sus líderes, y las siguientes campañas militares concluyeron en derrotas de los agermanados. La noche del 18 de febrero de 1522, en una desesperada aventura, Vicente Peris se introduce en Valencia, instalándose en su propia casa y congregando a sus partidarios, lo que desembocó en un duro combate durante toda esa noche por las calles de Valencia, hasta que un grupo de soldados consiguió incendiar su casa. Vicente Peris se entregó al capitán Diego Ladrón de Guevara. El 3 de marzo de 1522 entran definitivamente las tropas reales en Valencia, realizándose la ejecución de Vicente Peris y sus más directos colaboradores. Únicamente Játiva y Alcira quedan bajo dominio agermanado, produciéndose un rebrote de la rebelión, esta vez acaudillada por un misterioso personaje conocido por “El Encubierto”, un impostor que se hace pasar por el infante Juan, hijo de los Reyes Católicos.

Derrota de los agermanados

Els agermanats van morir a L’Olleria el gener de 1522 quan tornaven a la base de Xàtiva després de la seva retirada d’Ontinyent, però a meitat camí es va produir l’inevitable enfrontament. Els insurrectes havien pres un any abans com a presoner el germà del virrei al castell de Xàtiva i aquest, al capdavant d’un exèrcit d’un miler de soldats. Com que els trets dels agermanats refugiats a l’església estaven causant moltes baixes a les seves files, el virrei va ordenar cremar les portes del temple sagrat. Als 400 morts a l’interior del temple, es van sumar 200 víctimes més que van fugir i van acabar executats. Amb el pas dels anys, no tot el que va portar aquella sagnant massacre va ser negatiu per a l’Olleria. Com recorda Abel Soler, el virrei va deixar en morir una important suma de diners a Toledo per reconstruir l’església de la localitat, que va renéixer amb la seva actual portada renaixentista. Per a l’obra van ser contractats picadors de pedra de Navarra

Tras el asesinato en Burjasot de “El Encubierto” el 19 de mayo de 1522 por dos seguidores suyos para cobrar la recompensa ofrecida por el virrey, y la caída de Xátiva y Alcira, se produce la derrota definitiva de los agermanados, nombrándose virreina de Valencia a Germana de Foix, la cual gobernó duramente hasta su muerte en 1538 organizando junto con su esposo, el duque de Calabria, una pequeña aunque brillante corte. Se mencionan 800 sentencias de muerte que debieron efectuarse de una forma intermitente a lo largo de varios años. Aunque, según otras fuentes, las represalias consistieron más bien en confiscaciones y multas, sobre todo a las organizaciones gremiales, produciéndose escasos casos de pena de muerte. El 23 de diciembre de 1524, la regente de Valencia concedió un indulto a los “perayres” en un documento oficial que es considerado uno de los primeros redactados en castellano en el Reino de Valencia. La pacificación efectiva del territorio parece ser que no se produjo hasta 1528, fecha en que el rey otorgó un perdón general.