Esta libélula cayo en la pequeña piscina de casa, y fue rescatada por mi mujer, depositandola en una flor de la lavanda.
Permaneció quieta durante mucho tiempo, me imagino que intentando recuperarse, hasta que por fin voló nuevamente, permitiendo que pudiera hacerle una completa sesión fotográfica.
No es fácil tener tan próxima y tan quieta a una libélula, pude incluso aproximarme a muy pocos centímetros, permitiéndome sacar fotografías macros, que nos permiten observar lo extraño y hermoso que es este animal.
Algunas de las fotografías, tienen recortes importantes, para aproximar y poder ver detalles increíbles.
Las fotografías, están tomadas con la cámara Sony a7 r II, y el objetivo Samyang 100 mm.
Emplee trípode. y como parámetros coloque la cámara en semiautomático, prioridad a la apertura f 11 buscando el punto dulce del objetivo, la sensibilidad que utilice era ISO 500, la velocidad estaba sobre 1/6 - 1/10, con disparador inalambrico, el problema era que muchas fotografías me salieron trepidadas, como consecuencia del aire que movía la flor y a la libélula.
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